

Una noche llena de color, encanto, pero sobre todo de mucha creatividad fue la que vivieron las personas que llegaron hasta el Parque Consotá el pasado jueves 7 de diciembre, Día de las Velitas. Los más de 7000 faroles expuestos a lado y lado, hicieron de aquel sitio un lugar de encanto visitado por propios y extraños que llegaron desde distintas partes de la región cafetera de Colombia.
Sin duda alguna, al cruzar la portería, quienes llegaron hasta este sitio, cambiaron de mundo por un par de horas gracias a que al transitar no solo encontraron hermosos y diversos faroles, sino personajes míticos como los traviesos duendecillos y los tres reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltazar.
Lo que inició hace seis años como una actividad para los colaboradores de Comfamiliar y sus familias, con el pasar de los años, y gracias a la acogida y gran logística, se transformó en un evento abierto al público que cada diciembre acude de manera masiva a uno de los mejores alumbrados del Triángulo del Café.
“Desde el mes de agosto entre todos los integrantes del proceso elegimos un comité que se encargó de realizar la estructura del farol como tal. Ya en septiembre nos dieron los pormenores de la elección, a cada uno nos tocó hacer 12 ejemplares los cuales se iban trabajando día a día en la oficina, y desde luego en cada una de las casas para elaborarlos en familia. Y en esta oportunidad cambiamos la clásica vela por la luz LED buscando tener cero accidentes, y a la hora de prenderla, no tener problemas”, expresó Ricardo Loaiza, integrante del equipo de Contabilidad, que eligió el Pino Navideño como el diseño a mostrar.
Fueron en total 27 modelos de faroles: Clínica Comfamiliar, Libros de Cuentos, carros, casas, pesebres, guaduas reciclables, entre otros, los que se pudieron apreciar durante el recorrido que inició en la portería y culminó en la entrada a la piscina de olas, pasando por el café La Molienda, las canchas deportivas, las Cabañas Consotá y la Réplica de Pereira Antigua.
“La mayoría de los faroles estuvieron muy hermosos, muy artesanales, valió la pena haber venido. Es la primera vez que vivo esta experiencia aquí en el Parque Consotá y me voy muy contenta. Vine porque el año pasado escuché muy buenos comentarios y quería saber si tanta maravilla si era cierta, afortunadamente lo es”, afirmó Gloria Guerra, una de las visitantes.
La mágica noche, en la que la Virgen María no permitió la lluvia le aguara su fiesta, (mientras en Consotá se vivió una fresca noche, en Pereira cayó un fuerte aguacero), culminó con un gran espectáculo de Juegos Pirotécnicos que engalanó el cielo y atrapó la mirada y los aplausos de los asistentes, quienes muy seguramente regresarán acompañados en diciembre de 2018.