El caos en la movilidad que estamos padeciendo por estos días con motivo de labores de reforzamiento estructural del puente Francisco Jaramillo en La Virginia, está resultando muy gravoso para todos los ciudadanos. También se ha reportado afectación y en gran medida, para los comerciantes del occidente del departamento, que han tenido que darse al dolor de perder casi media jornada laboral en medio de un trancón monumental.
O el caso de quienes deciden volver a casa a las 7:00 p.m. y llegar finalmente sobre la media noche y prepararse para madrugar al volver a Pereira al siguiente día.
Nunca se nos habría ocurrido que para llegar hasta La Virginia nos demoraríamos hasta cuatro horas, pero está pasando. Es una coyuntura que nos lleva a pensar en la urgente necesidad de atender nuestra infraestructura y aprovechar el momento para solicitar a quienes quieren representarnos en el Congreso de la República que deben incluir en su agenda, de manera prioritaria, la gestión de recursos para obras que ya resultan inaplazables.
Las cosas que hemos logrado como territorio lo hemos hecho por la ubicación privilegiada que nos correspondió y por la infraestructura con que contamos en la actualidad. Pero ya nos quedamos cortos para cubrir las necesidades de movilidad y por ello, en busca de ser competitivos, tenemos que empezar otros grandes proyectos.
Hoy es prioridad la doble calzada Cerritos – La Virginia, que nos acerca a los municipios de occidente, pero que también nos conecta con las vías de la prosperidad. No podemos seguir aplazando el inicio de la que constituye sin duda la más urgente de las obras viales que debemos acometer.
La terminación de la Autopista del Café es otra necesidad imperiosa, como la doble calzada