MONITOREADOS POR LA JUSTICIA PASO A PASO QUE DAN
Como si hacerle una apología al delito y al mal proceder fuera una condecoración a obtener, los ya bien reconocidos enemigos de la ciudad y el departamento, sin vergüenza alguna, con toda la paciencia del mundo, se dieron cita como sumisas hormigas a entrevistarse con la ex fugitiva ex presidente de la Asamblea Departamental Juliana Enciso.
Uno a uno la cuestionada mujer los fue atendiendo, escondida detrás de una robusta plata que sirve de adorno al recocido sitio del centro, llamado caffé, el hecho convirtió el pequeño salón en toda una romería. Lo curioso del asunto, lo marcó el fervor con que estos siniestros personajes agasajaban a quien en el pasado hubiera tenido que abandonar su curul junto con su esposo, para huir del llamado de la Justicia, condenándonos a todos a padecer el lastre de la vergüenza, publicando la deshonra institucional y el deshonor.
Como si se tratara de un personaje de las más pulquérrimas condiciones morales y éticas, éstos desvergonzados enemigos públicos, reconocidos ya por la sociedad, nos están notificando que respaldan abiertamente y sin tapujos a la cuestionada dama, y parte sin novedad; que falta de dignidad, de respeto consigo mismos y para con nuestra atribulada comunidad, que ya no resiste un escándalo de corrupción más.
La falta de sentido de pertenencia, de lealtad y decoro para con la ciudad, el departamento, las instituciones y la comunidad, protagonizada por estos oscuros personajes de la política, no tiene antecedentes en nuestra historia departamental. Toda una apología al delito, lejos de todo control y parte sin novedad.
Los que contemplábamos de lejos las frustrantes escenas de la maldad, fuera del repudio generalizado, con clamor de patria, lo que sentimos fueron ganas de llorar. El silencio impotente nos cubrió todos los espacios y nos fuimos alejando como si flotáramos en el pantano maloliente de la corruptela y lo inmoral, ¿de qué nos quejamos entonces y esto para dónde es que va? Una sociedad así, naufraga reducida a la mínima expresión y parte sin novedad, no puede reclamar nada, no tiene derecho a nada, esa es la realidad.
Qué clase de sociedad estamos construyendo, que reina la indiferencia, la apatía, la falta de principios y valores, ante la ausencia total del principio de autoridad, sin Justicia, sin Entes del Control, sin dolientes que hagan respetar a la institucionalidad y a la comunidad, condenada a no saber qué es mejor, si hacerse del lado del bien o de la maldad.
Pobre sociedad nuestra si seguimos guardando silencio y no nos convertimos en un ejército restaurador de la decencia, el orden social y legal y la gobernabilidad.
Que ingenuos estos aparentes líderes comunitarios, vendiéndole el alma al diablo, olvidando que por su condición de prófugos de la Justicia, están siendo monitoreados segundo a segundo, paso a paso por la Justicia y todos los Entes del Control. Vergüenza les debiera de dar.
Dr. Gustavo Pérez González