LA PUGNA LIBERAL POR LA ALCALDIA DE PEREIRA
Cuando me preguntan quién será el alcalde de Pereira digo que para hacer chocolate primero debe hervir la aguapanela. En efecto, aún queda mucho camino por recorrer y como pocas veces, no es claro el panorama de aspiraciones y acuerdos políticos.
Por eso, parece necesario intentar un análisis de la declaración de uno de los jefes liberales protagonistas en este proceso electoral.
La política de Risaralda tiene en el parlamentario Diego Patiño Amariles a un viejo lobo de mar. Así se evidencia en la entrevista que publicó el pasado miércoles EL DIARIO, con motivo del desafío que para el Partido Liberal representa mantener la Alcaldía de Pereira, de la cual Patiño dice que, “no será el sepulturero”.
Con esa frase, Patiño Amariles muestra la lanza con la que dará la pelea por el premio mayor de la lotería electoral de Risaralda.
Pero además, a la pregunta de ¿Qué papel va a jugar el liberalismo en el caso de la Gobernación? Patiño respondió: “Pretender tener alcalde de Pereira y Gobernador liberal, no es posible. Por eso hemos dicho que como partido no vamos a tener candidato a la Gobernación y esperamos, de acuerdo con lo que se plantee, apoyar al candidato que esos partidos o movimiento definan”.
Patiño tiene razón cuando dice que no es posible tener alcalde y gobernador liberales. Por elección solo dos veces han sido alcaldes y gobernadores en el mismo período: Ernesto Zuluaga-Roberto Gálvez (1992-1994) y Luis Alberto Duque- Carlos Arturo López (1998-2000). Después del Pacto de Guacarí que eligió a Martha Elena Bedoya y Elsa Gladys Cifuentes, no hubo más fiesta liberal.
Patiño Amariles no se anda con rodeos pero su estrategia es clara. Mientras Israel Londoño recoge firmas, la punta de su lanza señala hacia la Alcaldía con Mario Marín como candidato opositor de Carlos Maya mientras César Gaviria (dueño del aval) espera para clavarla. A la expectativa tambien Leonardo Huerta y Yesid Rozo juegan sus cartas. Pero como aún no hay reglas del juego, habrá que esperar, incluso que otros sectores muevan sus alfiles.
Ahora reina el estilo de los pactos. Por eso la gente no le para bolas a las propuestas de hacer otro viaducto ni nada por el estilo. Primero quieren saber quiénes son los candidatos. Pero ni la aguapanela ha hervido ni la mesa de los pactos está servida. No hay definición en el liberalismo, tampoco en el vecindario político del CD, MIRA, Verdes, Polo, Conservadores, ni entre los que madrugan a recoger firmas.
Es evidente que en la política local las estructuras y la mecánica van primero que las ideas. Por ahora solo el Pacto MG (Merheg-Gallo) está cocinado, pero no está servido. No olvidemos que en política, cada día trae su afán.