Un nuevo experimento sugiere que es posible aprender nuevas palabras mientras te encuentras profundamente dormido
Varios estudios han demostrado que dormir afianza la memoria y que las palabras que uno aprende cuando está consciente se consolidan si se escuchan en el sueño.
Pero un nuevo experimento sugiere que también es posible aprender nuevas palabras y sus asociaciones semánticas, desde cero, mientras uno se encuentra profundamente dormido.
La clave parece ser que, cuando alcanzamos la etapa del sueño profundo, las células cerebrales suelen estar activas durante un breve período de tiempo antes de entrar en un estado de breve inactividad. Los dos estados se alternan cada medio segundo.
Y un grupo de investigadores de la Universidad de Berna, en Suiza quisieron comprobar si una persona es capaz de formar nuevas asociaciones en su cerebro durante los momentos de actividad de las células cerebrales.
Para comprobar esta hipótesis hicieron escuchar a los voluntarios dos palabras mientras estaban en la fase de sueño profundo, la primera en un idioma inventado y después en su alemán nativo.
La palabra alemana para «llave» fue asociada con el vocablo «tofer», mientras que la palabra «elefante» se asoció a «guga».
Una vez despertaron, los investigadores preguntaron a los participantes cuál de las palabras inventadas representaba algo grande y cuál algo pequeño.
Para gran alegría del equipo, los voluntarios fueron capaces de asociar la palabra «llave» con «tofer» y «elefante» con «guga», a pesar de haberlas escuchado cuando estaban profundamente dormidos.
Aprender mientras duermes
«Fue interesante ver cómo el área del lenguaje del cerebro y el hipocampo (el centro de memoria esencial del cerebro) se activaban para recuperar las asociaciones formadas durante el sueño», comentó Marc Züst, investigador de la Universidad de Berna y uno de los autores del estudio.
«Estas estructuras parecen intervenir en la formación de memoria independientemente del estado de consciencia», dijo.
Las horas que utilizamos para dormir se suelen considerar como tiempo perdido, por lo que este experimentoplantea la pregunta de si el tiempo que pasamos durmiendo se puede usar de manera más productiva.
Pero Züst también advierte que el sueño y la memoria son sistemas complejos que han necesitado millones de años de optimización.
«Si empujamos al cerebro dormido hacia la adquisición de nueva información, podríamos estar entorpeciendo las funciones que ya está realizando, como descansar, recargarse o consolidar toda la información que recibimos durante el día «, advirtió el investigador.
Nueva teoría del sueño
Lo que está claro es que la noción de sueño como un estado mental encapsulado y totalmente separado del entorno físico ya no es sostenible.
Züst explica que este estudio prueba que el cerebro es más receptivo a los estímulos externos durante el sueño profundo de lo que creíamos.
Teorías anteriores afirmaban que cuando entramos en etapas profundas del sueño, ciertas áreas del cerebro se centran en consolidar los recuerdos, por lo que ignoran los estímulos externos.
Sin embargo, la investigación de la Universidad de Berna indica que en realidad hay pequeñas ventanas de oportunidad en las que el cerebro está «abierto» y dispuesto a asimilar nueva información.
«En qué medida y con qué consecuencias se puede utilizar el sueño profundo para la adquisición de nueva información será un tema de investigación en los próximos años», predice Katharina Henke, otra de las autoras del estudio.
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