Es mejor tener cautela. Es momento de endeudarse menos y pagar lo que se debe, así se tengan que hacer sacrificios, porque las consecuencias de no hacerlo pueden ser más dolorosas.
El que paga lo que debe sabe lo que tiene, dice un refrán popular para referirse a la importancia de mantenerse al día con el pago de las deudas. No hay nada que angustie más que estar debiendo a las entidades financieras, colgarse en el pago de las cuotas mensuales y pagar intereses cuantiosos que aumentan como espuma el capital adeudado.
Eso es lo que les está pasando a muchos colombianos. Un informe de la Superintendencia Financiera, con corte a abril, señala que la cartera morosa de las entidades crediticias está en aumento. En el último año, entre abril de 2022 y abril de 2023, la cartera con más de 30 días de vencimiento ascendió a 30,9 billones de pesos, con un crecimiento del 18,7% frente al año inmediatamente anterior.
Las altas tasas de interés, la desaceleración de la economía, el desempleo, la mayor inflación, entre otros factores, impactan los bolsillos de los consumidores, que deben hacer maromas cada mes para adquirir sus bienes básicos y pagar las deudas.
Un caso especial es el aumento de las tasas de interés como consecuencia de la decisión del Banco de la República de frenar el ritmo de inflación. El emisor ha venido aumentando sus tasas de intervención, que hoy están en 13,25% anual, lo que quiere decir que cada día prestar plata está más caro. En el caso de los créditos hipotecarios las tasas oscilan entre 16 y 18 por ciento anual, mientras que, en los créditos de consumo, como tarjetas de crédito, están por encima del 40% – la tasa de usura llegó a 47% anual -.
A mayor interés, mayor es el capital que deben pagar los deudores, lo que se vuelve una bola de nieve porque estas deudas les van restando capacidad de pago a las familias y están impactando sectores como la venta de vivienda, que ha sufrido un frenazo.
Además de la demora en la entrega de subsidios por parte del gobierno para la Vivienda de Interés Social (VIS) y Vivienda de Interés Prioritario (VIP), es indiscutible que las altas tasas están frenando las decisiones de las familias a la hora de comprar casa. Según datos de la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, las ventas del sector caen 60%, siendo más notorio el impacto en VIS. El sector de la construcción es uno de los que más aporta al crecimiento económico y a la mano de obra no calificada, razón por la cual es vital su reactivación.
Pero otra cartera que prende las alertas es la de consumo que incluye tarjetas de crédito, libranzas, créditos para la compra de vehículos y de libre inversión y cuyo aumento en el último año fue del 57,5%, con un total de 15,4 billones de pesos en mora. Según el Reporte de Estabilidad Financiera del Banco de la República, a mayo de este año, estos créditos han mostrado un mayor deterioro que los entregados durante el 2021, en plena pandemia, y destaca el hecho de que el endeudamiento de los hogares permanece en niveles cercanos a los máximos históricos.
No obstante, pese al aumento de las deudas morosas, el emisor reconoce que los establecimientos de crédito cuentan con altos niveles de capital y adecuados indicadores de liquidez “que les permitirían enfrentar la materialización de diversos riesgos”.
Como la situación económica no tendrá mayores cambios ya que este año la economía crecerá menos del 2%, no se crearán muchas fuentes de trabajo – menos si el gobierno insiste con la reforma laboral –, y la inflación, aunque está descendiendo lentamente, seguirá en niveles elevados; es mejor tener cautela. Es momento de endeudarse menos y pagar lo que se debe, así se tengan que hacer sacrificios, porque las consecuencias de no hacerlo pueden ser más dolorosas.
Además, los deudores deben tener en cuenta que las tasas de interés no bajarán tan rápidamente como quisieran. Así lo ratificó la junta directiva del Banco de la República en reunión de este mes en la que dejó sus tasas inalteradas, en 13,25%, pese a la reducción de la inflación, que a junio llegó a 12,1%, completando tres meses consecutivos a la baja.
“No existen aún las condiciones propicias para iniciar un relajamiento de la postura de la política monetaria”, indicó la junta del Banco en su comunicado, y llamó a mantener la cautela por las alzas de la gasolina, los efectos del fenómeno de El Niño, especialmente en los precios de la energía, y la incertidumbre internacional.
La opción para los consumidores es apretarse el cinturón, y para los bancos ser más precavidos a la hora de otorgar créditos de consumo, especialmente tarjetas de crédito, que se otorgan casi que con la sola cédula sin revisar la capacidad de pago de los usuarios.