Pereira, 23 de abril de 2020
EDITORIAL
Periódico Ciberespacial www.notieje.com
Cubriendo los Cinco Continentes
Director-Fundador
Luis Alberto Figueroa
T.P. 0222 del Ministerio de Educación Nacional
Habia alta expectativa por conocer el decreto que,en desarrollo tanto de la emergencia económica y social, como la carcelaria decretada el pasado 24 de marzo, estaba anunciado desde muchos días atrás por el Gobierno del Presidente, Iván Duque Marquez, para definir quiénes y cuántos reclusos podrían salir de la cárceles para evitar una propagación del coronavirus.
Finalmente fue expedido hace dos días.
Atendiendo las explicaciones epidemiológicas sobre las formas de contagiarse el covid-19 y las medidas preventivas para intentar contenerlo, los centros penitenciarios son los lugares de máximo riesgo para quienes allí permanecen confinados por medida judicial, definitivamente sentencia o provisional por medida de detención preventiva , o trabajan como guardianes o administradores penitenciarios,
Y en el caso de las cárceles colombianas , con un problema crónico, agudo al parecer irresuluble de hacinamiento y sobrepoblación, la potencialidad de los daños a la salud de esas personas es muy alto.
De hecho, uno de los motivos de mora en la expediciónl del decreto fue la posición del fiscal General, Francisco Barbosa quien se opuso a que los beneneficios de detención o prisión domiciliaria fueran de amplio espectro.
La decisión del Gobierno fue, finalmente, consagrar múltiples exepciones, de modo que muchos reclusos tendrían que seguir en la cárcel.
Las medidas, por otra parte, no son exactamente de descongestión de las cárceles, así éste sea uno de los efectos.
Se supone que los beneficiados con medidas para pagar su pena o tiempo de detención en sus domicilios tendrán que volver a los centros penitenciarios una vez conjurada la crisis de salud.
Es decir,el hacinamiento volvera a producirse.