VOLÓ CON YUNQUE AL ESPACIO CELESTE

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VOLÓ CON SU YUNQUE AL ESPACIO CELESTE

Por: Rubén Darío Franco Narváez

José Francisco Mejía Annicchiarico murió a las 12 horas 55 minutos del martes 20 de abril 2021, vencido por Covid-19 en la Clínica Los Rosales -ubicada en la carrera 9 No.25-25 – de Pereira, Risaralda, Colombia.

Al lado derecho de su almohada, cerca al ventilador mecánico, estaba su tarjeta de identificación: EL YUNQUE –Un Medio serio, imparcial, veraz y objetivo –JOSÉ FRANCISCO MEJÍA ANNICCHIARICO DIRECTOR.

Su esposa María Eugenia Ariza y su hijo José Francisco Mejía Ariza «Junior», desesperadamente solicitaron ayuda para que se utilizara un equipo de reanimación, secundados por algunos periodistas; Entre ellos, Carlos Alberto Muñoz Celis, quien pidió al Secretario de Salud Departamental, apoyado en redes sociales por colegas (PERIODISTAS/COMUNICADORES) en mensaje: «No dejen morir a Annicchiarico». Voces perdidas en el vacío, porque el tiempo no se detiene: El Periodista José Francisco Mejía Annicchiarico viajó con su YUNQUE al espacio celeste, después de cumplir un ciclo terreno a los 78 años diez meses de vida.

La cremación de su cuerpo en La Ofrenda, situada en el Kilómetro 7 en la vía que conecta a Pereira con Armenia. La Misa de cenizas por José Francisco Mejía Annicchiarico será concelebrada por el Padre Francisco Gilberto Arias Escudero y el Padre Nelson Giraldo Mejía, en horas de la tarde viernes 23 de abril 2021, en el Templo Nuestra Señora de la Pobreza aledaño al Cementerio San Camilo de la capital de Risaralda.

FAMILIA DE PROFESIONALES GUIADOS POR REINA NACIONAL

Levantados bajo sanos principios católicos, en mezcla de sangre colombo-italo-alemana, con la raíz principal de la bella Dama ELIDA ETILVIA ANNICCHIARICO VAN-EXTRALHEN unida sagradamente al periodista Miguel Ángel Mejía, tuvieron 5 hijos: Ligia Esther (Abogada, pensionada con la DIAN), José Francisco (Periodista Profesional), Víctor Hugo (Ingeniero de Sistemas, escritor y poeta), César Augusto (Contador Público y Licenciado en Música) y Miguel Ángel (Exfuncionario Consular).

Después de la muerte temprana del Jefe de Hogar, periodista Miguel Ángel Mejía, de Santa Marta se trasladaron para siempre a Pereira (a la que considera como su amada patria chica). La valiente Elida Etilvia, asumió la doble responsabilidad de padre y madre, saliendo airosa del reto impuesto por Dios. Laboró con la Empresa Telecom, donde obtuvo su jubilación y, durante muchos años, ofició como presidente de su Sindicato. Con sus grandes atributos fue coronada Reina Nacional de la Edad Dorada en Colombia, representando a la capital del Risaralda.

JOSÉ FRANCISCO Y SUS HIJOS

José Francisco Mejía Annichiarico, de sus dos matrimonios oficiales sobreviven cuatro hijos. Del Primero: Elida Patricia y Luz Janeth. Del segundo, con María Eugenia Ariza (quien hasta el último momento estuvo pendiente de él), con solidez, fruto de la unión sagrada: José Francisco y María Eugenia.

Su hijo José Francisco, al que llamó “Junior”, fue su inseparable compañía; y su amigo de calor de cama en los últimos dos años: LUKAS (un feroz perrito criollo).

MILITAR, POLÍTICO, CÍVICO Y PERIODISTA PROFESIONAL

José Francisco Mejía Annichiarico le sirvió a la Patria y su formación militar como Sargento, le imprimió el imborrable lema: “Vencer o morir”.

Durante 18 años fue funcionario oficial en Correos y Teléfonos, Senado de la República, Idema, Rentas de Antioquia, Contraloría de Risaralda. Allí practicó la frase de la Madre Teresa de Calcuta. “Quien no vive paras servir, no sirve para vivir”.

Con su potente voz, proclamaba ser conservador desde la cuna hasta el ataúd, refiriendo –en sus continuas intervenciones- que “El conservatismo no es dogmático, lo que ofrece es un pensamiento coherente y lógico sobre la vida, acerca del cosmos, sobre Dios, sobre el hombre y la sociedad y en relación con la función política.”. Aspiró -sin éxito- al Concejo de Pereira, en cinco elecciones alternadas.

Fue miembro activo de varias Instituciones de Caridad; entre ellas, “Granito de Amor”; y, durante muchos años en representación del gremio de periodistas en la Junta Directiva de la Sociedad de Mejoras Públicas de Pereira; fue allí, donde repetía la frase “El mayor de los beneficios que pueden hacerse a un pueblo, es enseñarle a la vez los deberes de un buen cristiano y un buen ciudadano.”. Y, para dejar constancia de la misma, la publicó repetidamente en su periódico EL YUNQUE.

PERIODISTA MULTIFACÉTICO Y ALEGRE

Sin lugar a dudas, en su momento estelar, José Francisco Mejía Annicchiarico, fue el periodista más conocido en Pereira, paseándose elegantemente en la mayoría de escenarios sociales, con su figura militar, clásico peinado inglés, bigote imperial, voz fuerte emanando altos grados de testosterona, fino conquistador de mujeres, chiste oportuno, campeón de baile, copa imbatible en el Bar Soratama y … en bolsillo especial, confites para obsequiarles a las mujeres hermosas.

En Todelar, Ecos de Risaralda y Colmundo, durante varios períodos, dirigió el Programa “La Caldera del Diablo”, donde utilizó la crítica fuerte sobre acciones inmorales de funcionarios de turno en administraciones locales, regionales y nacionales. Hoy, todavía, hay rescoldos y marcadas huellas de sus duras denuncias públicas.

Fue director propietario de los periódicos “Pluma Libre” y “El Yunque”, con los cuales se sostuvo económicamente; levantó a su familia, y oxigenó su afición principal del traguito cotidiano con la receta infalible: “Lo que no cura el aguardiente, es de cirugía”.

Fue fundador de la Asociación Colombiana de Periodistas Seccional de Risaralda, ejerciendo como Presidente Vitalicio, hasta lograr escalar a su Presidencia Nacional.

Utilizó en todo su rigor, las bondades del denominado “Cuarto Poder”, para servirle a muchas personas, avalado con su lema favorito. “El Poder es para Poder”. Y, así, pudo colaborarles a varios personajes de la ciudad, para que obtuvieran la Tarjeta Profesional de Periodistas con la Ley 51 de 1.975; incluyendo a algunos, con cero formación.

A Don José Francisco Mejía Annicchiarico debemos reconocerle su efectiva y férrea defensa del gremio de periodistas. Participó en todas las jornadas inherentes al buen trato y respeto por cada uno de ellos. Y… ante encompetadas autoridades, en cualquier recinto, escuchaban su voz tronante. “Si nos quitan la libertad de expresión nos quedamos mudos y silenciosos y nos pueden guiar como ovejas al matadero.”.

SU ESPÍRITU PUEDE ESTAR TRANQUILO

Don José Francisco Mejía Annicchiarico, acuso recibo de su mensaje depositado en su hijo «Junior»: «Rubén Darío Franco Narváez, amigo de todas las horas. De periodismo. De jornadas cívicas. De Parranda. De tertulias. De paseos. De obras de caridad. De ceremonias. De merecidas distinciones. Amigo de siempre en «El Cuarto Poder». Por todo ello, muchos gracias apreciado Rubén Darío. Nos encontramos en el más allá».

Extrañaremos su compañía y su hidalga figura; su voz fuerte y su bigote imperial. ¡Paz eterna! Don Francisco.

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