En la madrugada del lunes 6 de octubre, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) protagonizó un nuevo ataque armado en el departamento de Arauca, Colombia, a pesar de haber manifestado recientemente su intención de regresar a la mesa de negociaciones con el gobierno de Gustavo Petro. El hecho dejó al menos dos heridos y generó alarma entre la población local, que ha sido víctima recurrente de enfrentamientos entre grupos armados.
El ataque se produjo en zona rural del municipio de Arauquita, donde hombres armados interceptaron una patrulla militar y detonaron explosivos. Las autoridades confirmaron que los responsables pertenecen al frente Domingo Laín Sáenz del ELN, uno de los más activos en la región. Este acto violento se da en medio de una aparente voluntad del grupo insurgente de retomar el proceso de paz suspendido desde julio.
Arauca ha sido históricamente uno de los departamentos más golpeados por el conflicto armado, debido a su ubicación fronteriza con Venezuela y la presencia de múltiples actores ilegales. En los últimos meses, la violencia se ha intensificado, con ataques a la fuerza pública, extorsiones y desplazamientos forzados que afectan a comunidades campesinas e indígenas.
El gobierno nacional, por su parte, ha reiterado su disposición al diálogo, pero ha exigido gestos concretos de paz por parte del ELN. La contradicción entre los ataques y las propuestas de negociación pone en duda la coherencia del grupo armado y dificulta el avance hacia una solución política al conflicto.
Este nuevo episodio en Arauca refleja los desafíos persistentes para consolidar la paz en Colombia, donde los esfuerzos de reconciliación se ven constantemente amenazados por acciones armadas que generan desconfianza y temor entre la ciudadanía.
English version
ELN launches new attack in Arauca despite proposing return to peace talks
On the morning of Monday, October 6, the National Liberation Army (ELN) carried out a new armed attack in Colombia’s Arauca department, despite recently expressing its intention to resume peace negotiations with President Gustavo Petro’s government. The incident left at least two people injured and sparked concern among locals, who have long suffered from clashes between armed groups.
The attack occurred in a rural area of Arauquita municipality, where armed men ambushed a military patrol and detonated explosives. Authorities confirmed that the perpetrators belong to the Domingo Laín Sáenz front of the ELN, one of the most active factions in the region. This violent act comes amid the group’s apparent willingness to rejoin the peace process, which has been suspended since July.
Arauca has historically been one of the most affected regions by Colombia’s armed conflict, due to its border location with Venezuela and the presence of multiple illegal actors. In recent months, violence has escalated, with attacks on security forces, extortion, and forced displacement impacting rural and indigenous communities.
The national government has reiterated its openness to dialogue but insists on concrete peace gestures from the ELN. The contradiction between violent actions and negotiation proposals casts doubt on the group’s sincerity and complicates progress toward a political resolution.
This latest incident in Arauca highlights the ongoing challenges to achieving lasting peace in Colombia, where reconciliation efforts are continually undermined by armed actions that breed mistrust and fear among the population.