Miles de partidarios del mandatario socialista, en tanto, marcharon en el centro de Caracas, a la vez que la Fuerza Armada inició dos días de ejercicios para blindar la infraestructura hidroeléctrica tras el apagón del 7 de marzo que paralizó el país durante una semana.
«Iniciamos una etapa nueva (…), vamos a visitar todos los estados posibles, vamos a organizarnos muy bien en la operación libertad por el cese definitivo de la usurpación», dijo Guaidó, reconocido como presidente encargado por más de 50 países encabezados por Estados Unidos.
Ante miles de seguidores en la ciudad de Valencia (norte), el jefe parlamentario explicó que serán conformados «comandos por la libertad», células que movilizarán a la base opositora. «Muy pronto, cuando hayamos recorrido y organizado cada rincón (…) vamos a ir a Miraflores a reclamar lo que es del pueblo», subrayó Guaidó, sin fijar una fecha.
«Estoy dispuesta a ir Miraflores ya, a donde me lo pida mi futuro presidente Juan
Guaidó. Toda mi familia está fuera del país, si no es por ellos nos morimos de hambre», dijo a la AFP Milagros Lima, abogada de 50 años. Pero el poderoso dirigente Diosdado Cabello advirtió ante miles de chavistas que la «oligarquía (…) no volverá a entrar al palacio del pueblo revolucionario».
Estados Unidos, su más ferviente aliado, tampoco descarta una acción armada para sacar a Maduro, a quien se ha propuesto estrangular económicamente con sanciones como un embargo petrolero que se hará efectivo el 28 de abril. Este sábado, un grupo de manifestantes se reunió frente a la Casa Blanca para rechazar cualquier intervención liderada por Washington en Venezuela; opositores realizaron su propio mitin cerca de allí.
En todo caso, Guaidó reconoce que antes de marchar a Miraflores debe tener a las Fuerzas Armadas «totalmente alineadas». Se trata de su mayor desafío, pues hasta ahora la cúpula militar se mantiene leal a Maduro, en cuyo gobierno, iniciado en 2013, Venezuela cayó en la peor crisis socioeconómica con hiperinflación y escasez de alimentos y medicinas.
Los oficialistas, de otro lado, vestidos de rojo, marcharon para cantar «victoria» tras el restablecimiento de la electricidad luego del peor apagón en la historia de Venezuela. «Cada minuto de paz que tiene Venezuela es una victoria para la revolución y una derrota para el imperio norteamericano, que arde en deseo para que aquí nos estemos matando», declaró a la AFP Hermes Flores, educador de 55 años, en la caraqueña avenida Urdaneta.
Ejercicios militares
El corte eléctrico, que Maduro atribuye a «ciberataques» de Estados Unidos, paralizó el país hasta el pasado jueves. La oposición sostiene que los apagones, habituales desde hace años, son producto del abandono de la infraestructura y la corrupción.
Frente a ello, la Fuerza Armada inició los «Ejercicios de Acción Integral ‘Ana Karina Rote’ (grito de victoria indígena) para proteger los servicios estratégicos de la nación». «No permitiremos que los enemigos de la Patria vuelvan a robarle la tranquilidad al heroico pueblo venezolano», indicó Maduro junto a una fotografía que muestra a cientos de soldados y vehículos blindados en una explanada rodeada de montañas, sin precisar su ubicación.
El despliegue incluye la revisión de instalaciones, dijo el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, reconociendo que la Fuerza Armada no puede cuidar por sí sola toda la industria eléctrica, por lo que su blindaje requiere de la «unión cívico-militar».
Guaidó se proclamó presidente encargado luego de que el Congreso declarara «usurpador» al líder socialista por estimar su reelección «fraudulenta». Maduro lo tilda de «títere» de Donald Trump, a quien acusa de planear la invasión de Venezuela para apoderarse de sus riquezas hidrocarburíferas.
AGENCIA AFP