El juez Quinto Penal del Circuito lo condenó ayer tras aceptar su responsabilidad. Lo reconoció en el momento en que lo capturaron, pero nunca confesó los motivos del crimen.
Al sujeto lo detuvieron integrantes de la Sijín de Manizales el pasado 28 de noviembre en Bucaramanga, hasta donde lo siguieron tras efectuar interceptaciones telefónicas y entrevistas a testigos.
Presentían el crimen
Un fiscal de Bucaramanga ordenó la interceptación de la línea telefónica de un sujeto. A este se le escuchó hablar con Romero con quien pretendía cometer un delito en Manizales, no se sabía si un hurto o un homicidio.
Tras alertar a las autoridades en Manizales, se llevaron a cabo operativos para dar con dos sospechosos, se creía que cometerían el delito en Peralonso y que se hospedaban en un hotel cerca de la Plaza de Bolívar.
Con el paso de los días supieron que se trataba de un acto de sicariato. Conocían las característicias físicas del objetivo y que el ataque se daría en una carnicería o en una panadería. Durante cuatro días, los sicarios le hicieron seguimientos a Aguirre, el 2 de mayo intentaron atacar, pero no lo lograron.
El 3 de mayo ejecutaron su plan, al instante que los investigadores determinaron que no era en Peralonso, sino en el barrio Caribe. Los delincuentes usaron una calcomanía similar a una placa para tapar la original de la moto. La encontraron abandonada junto a una bolsa, en las que recuperaron las huellas dactilares de Romero.
Tras asesinar al policía retirado escaparon, hasta que se logró la captura de quien accionó el arma de fuego y le propinó cuatro disparos.