Pereira lunes 19 de Octubre de 2020.-
EDITORIAL TRES MINISTROS DE JUSTICIA EN DOS AÑOS DE LA ACTUAL ADMINISTRACIÓN
Periódico.Ciberespacial-www.notieje.com
Cubriendo los Cinco Continentes
Europa, América, Asia Oceanía y África
Director-Fundador
Luis Alberto Figueroa
T.P.0222 del Ministerio de Educación Nacional
La semana pasada tomó posesión como nuevo ministro de justicia y del derecho el abogado vallecaucano Wilson Ruiz Orjuela.
Es el tercer Ministro del actual Gobierno en esa cartera que ha carecido de mayores logros ejecutorias desde que fuera restituida la primera administración del expresidente Juan Manuel Santos Calderón.
La primera ministra de justicia del actual cuatrenio, Gloria María Borrero, estuvo al frente de la Excelencia en la justicia durante muchos años y desde allí conoció como pocos las necesidades , retos y posibilidades de la justicia.
No obstante, otra cosa fue asumir el cargo en la rama Ejecutiva y darse cuenta muy pronto de que las competencias asignadas a ese Ministerio tiene poca concreción en cuanto ni el Congreso se decide a abordar las reformas necesarias impulsadas por el Gobierno, ni la propia rama Judicial, en cabeza de las altas cortes, ha estado dispuesta a facilitar la ruta para esas reformas.
Luego se intento darle un nuevo impulso con la entonces magistrada y expresidenta de la Corte Suprema, Margarita Cabello Blanco, quien no tuvo mayor suerte y prefirió asumir la candidatura finalmente exitosa para ser procuradora General de la Nación , un cargo con mayores atribuciones y capacidad de acción.
Al posesionarse el nuevo ministro, se le ha encomedado desde diversos sectores que impulse una reforma judicial.
A principios del pasado agosto, decía el presidente Duque que hay consenso en la necesidad de una reforma a la justicia, añadiendo que debería ser con la mayor velocidad y con el mayor alcance aunque reconocia que el procedimiento para hacerla no está definido. Sabe bien el presidente que la reforma por vía del Congreso no es fácil y, que si se abordan temas que toquen los poderes de los magistrados de las altas cortes o signifiquen un cambio en las potestades para investigarlos y juzgarlos, la reforma quedará muerta al pasar por la Corte Constitucional.