Estamos en medio de la celebración de los 51 años de creación de Risaralda y hoy más que nunca se muestra como un departamento fuerte, pujante y con la plena confianza de los inversionistas, que ven garantías en las cifras económicas.
Solamente decir que en 2017 Risaralda mostró mejor comportamiento que el promedio nacional, es ya la mejor gala que puede vestir este departamento. Un sensor de ese buen comportamiento es la inversión neta analizada durante todo el año. El valor de las sociedades constituidas en el 2017 fue casi el doble que lo logrado en 2016.
Crecimos un 43 % de acuerdo con el análisis realizado por el Centro de Investigaciones Socioeconómicas de la Cámara de Comercio de Pereira.
El informe destaca que la Inversión en las empresas risaraldenses cerró en el 2017 en 153.890 millones de pesos, cifra muy superior al balance logrado en el 2016 cuando la inversión neta se ubicó en los 107.161 millones de pesos.
En el positivo comportamiento de la economía risaraldense también incidió la histórica disminución del desempleo que en 2017 cerró con un dígito ubicándose en 8,2 % lo que se traduce en 309.557 ocupados frente a 27.617 desocupados, de acuerdo con las cifras entregadas por el DANE, una cifra que no se veía hacía veinte años en nuestra área metropolitana. Cabe recordar años nefastos como el 2009 cuando la tasa de desempleo fue superior al 20 % y la cifra de desempleados llegó a 67.000.
De los empleos que se crearon en la ciudad durante el 2017, 6.000 se crearon en la industria manufacturera, 3.000 en Comercio, Hoteles y Restaurantes, 2.000 en Servicios comunales, sociales y personales y 1.800 en la Construcción, mientras que el sector de Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler decreció en cerca de 2.200 empleos.
El aparato empresarial risaraldense es el gran protagonista de este resultado, con el respaldo de alianzas entre gremios, academia y los gobiernos local y seccional, esfuerzos que se fortalecerán este año para propiciar mejores condiciones que nos permitan seguir escalando en competitividad, que nos posicionen en el ámbito nacional e internacional y que nos abran el camino para la generación de nuevas plazas de trabajo.
Somos optimistas en medio de un panorama de incertidumbre nacional que hasta ahora no ha incidido en nuestro crecimiento pero que si nos llama a organizarnos y actuar en bloque para demostrar la fortaleza y tesón que nos caracterizan.
51 años de tesón y Risaralda sigue viva buscando que su crecimiento sea constante, fuerte y con trascendencia.